La pintura «Saturno comiéndose a su hijo» es una de las obras más famosas y perturbadoras del pintor español Francisco de Goya. Esta obra maestra del arte se encuentra actualmente en el Museo del Prado en Madrid y ha capturado la atención de los espectadores durante siglos. En este artículo, exploraremos el origen y el significado de esta pintura icónica.
Francisco de Goya y la Quinta del Sordo
Para comprender el contexto en el que se creó «Saturno comiéndose a su hijo», es importante conocer al artista detrás de la obra. Francisco de Goya fue un pintor y grabador español que vivió entre los siglos XVIII y XIX. Es considerado uno de los artistas más importantes de la historia del arte y su obra abarca una amplia gama de estilos y temas.
Creación de la pintura
La pintura fue creada por Goya en la Quinta del Sordo, una casa de campo que adquirió en 1819. Durante este período, Goya estaba experimentando una etapa oscura en su vida y su obra reflejaba su estado de ánimo sombrío. «Saturno comiéndose a su hijo» es una de las catorce pinturas que forman parte de la serie conocida como las Pinturas negras.
Serie de las Pinturas negras
Las Pinturas negras son una serie de obras que Goya pintó directamente en las paredes de la Quinta del Sordo. Estas pinturas reflejan la visión pesimista y perturbadora del artista sobre la condición humana. «Saturno comiéndose a su hijo» es una de las pinturas más destacadas de esta serie y representa uno de los mitos más oscuros de la mitología romana.
Adquisición de la Quinta del Sordo
Goya adquirió la Quinta del Sordo en 1819, después de haber sufrido una enfermedad que lo dejó sordo. La casa se encontraba en las afueras de Madrid y se convirtió en el refugio del artista durante sus últimos años. Fue en este lugar donde Goya creó algunas de sus obras más impactantes y personales, incluyendo «Saturno comiéndose a su hijo».
Contexto histórico
La creación de «Saturno comiéndose a su hijo» tuvo lugar en un momento de agitación política y social en España. Goya vivió durante la Guerra de la Independencia española y presenció los horrores de la guerra y la opresión. Estos eventos tuvieron un impacto significativo en su obra y se reflejan en la oscuridad y la violencia de «Saturno comiéndose a su hijo».
La copia de Salvador Martínez Cubells
La pintura original de «Saturno comiéndose a su hijo» fue copiada por el artista Salvador Martínez Cubells a partir de 1874. Esta copia fue realizada utilizando la técnica de revoco a lienzo, lo que permitió que la obra fuera transportada y exhibida en otros lugares.
Proceso de copiado
El proceso de copiado de «Saturno comiéndose a su hijo» fue un desafío para Martínez Cubells, ya que tenía que recrear con precisión los detalles y la intensidad emocional de la pintura original. Sin embargo, logró capturar la esencia de la obra de Goya y su copia se considera una reproducción fiel.
Encargo de Émile d’Erlanger
La copia de «Saturno comiéndose a su hijo» fue realizada por encargo del barón Émile d’Erlanger, un banquero y coleccionista de arte francés. D’Erlanger quedó impresionado por la pintura original de Goya y deseaba tener una copia en su colección personal.
Año de la copia
La copia de Martínez Cubells se completó en el año 1874. Fue un proceso laborioso que requirió tiempo y dedicación para lograr la calidad y la fidelidad necesarias.
Destino de la copia
Después de su finalización, la copia de «Saturno comiéndose a su hijo» fue adquirida por d’Erlanger y se convirtió en parte de su colección privada. Sin embargo, en 1881, d’Erlanger decidió ceder las pinturas al Estado español como un gesto de generosidad y apoyo a la cultura. Desde entonces, la copia de Martínez Cubells se encuentra en el Museo del Prado, donde se exhibe junto a la pintura original de Goya.
«Saturno comiéndose a su hijo» es una pintura icónica que ha fascinado a los espectadores durante siglos. Su origen en la Quinta del Sordo y su significado en el contexto histórico de Goya reflejan la visión sombría y perturbadora del artista. La copia de Salvador Martínez Cubells ha permitido que esta obra maestra sea apreciada por un público más amplio y se mantenga como un tesoro del arte en el Museo del Prado.