La Orden de Montesa es una antigua orden militar y religiosa que fue creada en 1317 por el rey Jaime II de Aragón. Su objetivo principal era asignar los bienes de los templarios y hospitalarios en el Reino de Valencia a una nueva orden militar. A lo largo de los años, la Orden de Montesa ha experimentado cambios significativos en su organización y control, pero ha mantenido su relevancia hasta la actualidad.
Creación de la Orden de Montesa
La Orden de Montesa fue fundada en 1317 por el rey Jaime II de Aragón, quien decidió crear una nueva orden militar para asignar los bienes de los templarios y hospitalarios en el Reino de Valencia. El objetivo principal de la orden era proteger las fronteras del reino y luchar contra los enemigos de la fe cristiana.
Origen y objetivo
El origen de la Orden de Montesa se remonta a la época de las Cruzadas, cuando los templarios y hospitalarios desempeñaban un papel importante en la defensa de la cristiandad en Tierra Santa. Sin embargo, después de la caída de los templarios en 1312, el rey Jaime II decidió crear una nueva orden para continuar con su labor.
El objetivo principal de la Orden de Montesa era proteger las fronteras del Reino de Valencia y luchar contra los enemigos de la fe cristiana. Los miembros de la orden se comprometieron a vivir una vida de castidad, pobreza y obediencia, y a dedicarse a la defensa de la fe y la protección de los más débiles.
Establecimiento de la sede en Montesa
La sede de la Orden de Montesa se estableció en Montesa, una localidad situada en la frontera sur del Reino de Valencia. El territorio de la orden incluía propiedades en sesenta y ocho villas, lugares o aldeas, con una población de unas 28.000 personas aproximadamente en 1320.
Montesa se convirtió en un importante centro de poder para la orden, y su castillo se convirtió en la sede principal de la orden. Desde allí, los caballeros de Montesa llevaron a cabo numerosas expediciones militares y participaron en diversas batallas en defensa de la cristiandad.
Organización de la Orden
La Orden de Montesa estaba compuesta por dos grupos principales de miembros: los dedicados a la guerra y los religiosos. Los caballeros de la orden eran los encargados de llevar a cabo las tareas militares y de defensa, mientras que los religiosos se dedicaban a la vida espiritual y a la atención de los enfermos y necesitados.
División de miembros
La orden estaba dividida en dos clases de miembros: los caballeros y los religiosos. Los caballeros eran los miembros más destacados de la orden y se encargaban de llevar a cabo las tareas militares y de defensa. Los religiosos, por otro lado, se dedicaban a la vida espiritual y a la atención de los enfermos y necesitados.
Los caballeros de la orden llevaban una vida de castidad, pobreza y obediencia, y se comprometían a luchar en defensa de la fe y de los más débiles. Los religiosos, por su parte, llevaban una vida de oración y contemplación, y se dedicaban a la atención de los enfermos y necesitados.
Cambio en las reglas en 1558
En 1558, el último maestre de la Orden de Montesa contrajo matrimonio, lo que llevó a un cambio en las reglas de la orden. A partir de ese momento, se permitió a los caballeros casarse y tener descendencia, lo que marcó un cambio significativo en la organización y en la forma de vida de la orden.
Este cambio en las reglas permitió a la orden mantener su relevancia y asegurar su continuidad a lo largo de los años. Aunque los caballeros ya no llevaban una vida de castidad, pobreza y obediencia, seguían comprometidos con la defensa de la fe y de los más débiles.
Control real sobre la Orden
A lo largo de los años, la Orden de Montesa experimentó cambios en su control y gobierno. En 1592, Felipe II asumió el gobierno de la orden con el título de Administrador Perpetuo. Esto significó que el rey tenía un control real sobre la orden y podía tomar decisiones importantes en su nombre.
Intervención de Felipe II
La intervención de Felipe II en la Orden de Montesa fue un paso importante en la historia de la orden. El rey asumió el gobierno de la orden y tomó decisiones importantes en su nombre, lo que aseguró su continuidad y relevancia en ese momento.
La intervención de Felipe II también permitió al rey tener un mayor control sobre los bienes y propiedades de la orden, lo que le otorgó un poder económico significativo.
Extinción de los señoríos jurisdiccionales
En 1837, durante el proceso de desamortización en España, se extinguieron los señoríos jurisdiccionales de la Orden de Montesa. Esto significó que los bienes y propiedades de la orden pasaron a manos particulares y dejaron de estar bajo el control de la orden.
A pesar de la extinción de los señoríos jurisdiccionales, la Orden de Montesa ha logrado mantener su relevancia hasta la actualidad como una corporación nobiliaria de caballeros. El rey Felipe VI es el actual Maestre-Administrador Perpetuo de la orden, lo que demuestra la importancia y el prestigio que aún tiene la orden en la sociedad actual.
La Orden de Montesa en la actualidad
En la actualidad, la Orden de Montesa sigue existiendo como una corporación nobiliaria de caballeros. Aunque ya no tiene un papel militar activo, la orden sigue siendo reconocida y respetada por su historia y su legado.
Situación actual y relevancia
La Orden de Montesa ha logrado mantener su relevancia a lo largo de los años gracias a su historia y a su legado. Aunque ya no tiene un papel militar activo, la orden sigue siendo reconocida como una institución de prestigio y honor.
La orden cuenta con una serie de miembros destacados, entre los que se encuentran nobles, militares, académicos y personalidades destacadas en diversos campos. Estos miembros continúan llevando a cabo actividades en nombre de la orden y promoviendo sus valores y principios.
La Orden de Montesa es una institución con una larga historia y una relevancia significativa en la sociedad actual. Aunque ha experimentado cambios en su organización y control a lo largo de los años, la orden ha logrado mantener su prestigio y su importancia gracias a su historia y a su legado.