La escultura de la piedad es una de las obras más famosas y reconocidas del renombrado artista renacentista Miguel Ángel. Esta obra maestra de la escultura representa a la Virgen María sosteniendo a Cristo muerto tras la crucifixión. La escultura transmite una profunda sensación de dolor y tristeza, pero también muestra la belleza y la ternura en medio de la tragedia. En este artículo, exploraremos la historia y el significado de esta icónica obra de arte.
Creación de la Piedad
Encargo y selección del mármol
La escultura de la piedad fue encargada por el cardenal de Saint Denis, Jean Bilhères de Lagraulas, quien era el embajador del monarca francés ante la Santa Sede. El cardenal quería una obra que representara la devoción y la compasión de la Virgen María hacia su hijo Jesús. Para llevar a cabo este encargo, Miguel Ángel seleccionó personalmente un bloque de mármol de Carrara de alta calidad.
Trabajo de Miguel Ángel
Miguel Ángel comenzó a trabajar en la escultura de la piedad en el año 1498, cuando tenía solo 24 años. Durante dos años, el artista dedicó su tiempo y habilidades a esculpir esta obra maestra. Utilizando su genialidad y su dominio del mármol, Miguel Ángel logró crear una escultura que captura la emoción y la espiritualidad de la escena.
La piedad de Miguel Ángel es una representación única de la Virgen María sosteniendo a su hijo muerto en sus brazos. La escultura muestra a María con una expresión de dolor y tristeza en su rostro, mientras que Cristo yace en sus brazos con una serenidad y paz que contrasta con la violencia de su muerte en la cruz. La posición de los cuerpos y los pliegues de los ropajes añaden un sentido de movimiento y realismo a la escultura.
Traslado a la Basílica de San Pedro
Después de completar la escultura, Miguel Ángel la donó a la Basílica de San Pedro en el Vaticano. La obra fue trasladada a su ubicación actual en el año 1749-1750, donde se encuentra en la Capilla de la Piedad. Esta capilla fue construida específicamente para albergar la escultura y proporcionar un espacio adecuado para su contemplación.
Atentado y restauración
En 1972, la escultura de la piedad sufrió un atentado cuando un hombre desequilibrado atacó la obra con un martillo, dañando la figura de la Virgen María. Afortunadamente, los daños no fueron irreparables y la escultura fue restaurada con gran cuidado y fidelidad. Desde entonces, la escultura está protegida por una pared de vidrio especial a prueba de balas, que permite a los visitantes admirarla de cerca sin correr el riesgo de dañarla.
La piedad de Miguel Ángel es una obra que ha dejado una profunda impresión en todos aquellos que la han contemplado. Su belleza y su mensaje de compasión y amor trascienden el tiempo y el espacio, y continúan siendo una fuente de inspiración y reflexión para las generaciones venideras.