La Casa de Dios de Julio Basanta es un lugar que ha despertado la curiosidad y el interés de muchas personas en Épila y sus alrededores. Ubicada frente a la Azucarera, esta casa ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, pasando por diferentes etapas y modificaciones.
Historia de La Casa de Dios
Origen y evolución
La historia de La Casa de Dios comienza con Julio Basanta, un albañil que decidió construir su propio hogar en las afueras de Épila. En un principio, la casa era conocida como «un fin de semana», ya que Julio la utilizaba como lugar de descanso y esparcimiento los fines de semana.
Con el paso del tiempo, Julio decidió ampliar y modificar la casa, convirtiéndola en su residencia principal. Fue en este momento cuando la casa pasó a ser conocida como «las casa del Indio», en referencia al apodo de Julio.
Finalmente, la casa adquirió su nombre actual, La Casa de Dios. Se desconoce el motivo exacto de este cambio de nombre, pero se cree que Julio Basanta tenía una profunda conexión espiritual y consideraba su hogar como un lugar sagrado.
Tragedias familiares
A pesar de la belleza y singularidad de La Casa de Dios, esta ha sido testigo de tragedias familiares. En 1977, el hermano de Julio, Vicente, fue asesinado por la policía en circunstancias aún no esclarecidas. Este suceso marcó un antes y un después en la historia de la casa.
En 2002, la tragedia volvió a golpear a la familia Basanta cuando el hijo de Julio, también llamado Vicente, fue abatido por la policía en un incidente que aún genera controversia y preguntas sin respuesta.
Estudio por especialistas
La Casa de Dios ha despertado el interés de varios especialistas en arquitectura y patrimonio. Estos expertos han estudiado la evolución de la casa a lo largo del tiempo, analizando las modificaciones realizadas por Julio Basanta y su significado.
Además, se han realizado investigaciones para comprender el impacto emocional que las tragedias familiares han tenido en la casa y en la vida de Julio Basanta. Estos estudios buscan arrojar luz sobre la relación entre el espacio arquitectónico y las experiencias personales.
Interés del nuevo dueño
Recientemente, La Casa de Dios ha despertado el interés del nuevo dueño, Jorge Labé. Labé ha manifestado su admiración por la historia y la arquitectura de la casa, así como por la carga emocional que esta representa.
Con el objetivo de preservar y dar a conocer La Casa de Dios, Labé tiene planes de convertirla en un espacio para residencias artísticas. Asimismo, está abierto a recibir visitas de creadores y otros profesionales que deseen experimentar la magia y la energía de este lugar único.
La Casa de Dios y Julio Basanta
Modificaciones a lo largo del tiempo
A lo largo de los años, Julio Basanta realizó diversas modificaciones en La Casa de Dios. Estas transformaciones reflejan su personalidad creativa y su conexión con el espacio arquitectónico.
Se pueden apreciar elementos decorativos únicos, como esculturas y pinturas realizadas por Julio mismo. Además, la distribución de los espacios ha ido cambiando con el tiempo, adaptándose a las necesidades y gustos de Julio y su familia.
Impacto en la comunidad
La Casa de Dios ha tenido un impacto significativo en la comunidad de Épila. Muchos vecinos y visitantes se sienten atraídos por la historia y la belleza de esta casa tan especial.
Además, La Casa de Dios ha sido escenario de eventos culturales y artísticos, como exposiciones y conciertos. Estos eventos han contribuido a fortalecer el sentido de comunidad y a promover la cultura en la zona.
Obra teatral inspirada
La historia de La Casa de Dios ha sido tan fascinante que ha inspirado la creación de una obra teatral. Bajo la dirección de Carlos Martín, la obra se titula «La Casa de Dios» y se escenifica en el Teatro de las Esquinas.
La obra cuenta con la colaboración de La Harinera y el grupo artístico de inclusión Andar de Nones. El reparto está compuesto por jóvenes actores, entre ellos la autora Lucía Grafal.
Esta obra teatral busca explorar y transmitir la esencia y la historia de La Casa de Dios, así como reflexionar sobre temas como la memoria, la justicia y la identidad.
Planes del nuevo dueño
Jorge Labé, el nuevo dueño de La Casa de Dios, tiene grandes planes para este lugar tan especial. Además de convertirlo en un espacio para residencias artísticas, Labé también tiene la intención de abrir las puertas de la casa a visitantes y turistas interesados en conocer su historia y su arquitectura.
Labé espera que La Casa de Dios se convierta en un punto de encuentro para artistas y creadores, un lugar donde puedan encontrar inspiración y desarrollar sus proyectos. Además, busca promover la cultura y el arte en la comunidad de Épila, generando un impacto positivo en la zona.
La Casa de Dios de Julio Basanta es mucho más que una casa. Es un lugar cargado de historia, emociones y significado. Su evolución a lo largo del tiempo, las tragedias familiares que ha presenciado y el interés que ha despertado en la comunidad y en los especialistas, la convierten en un espacio único y fascinante. Con los planes del nuevo dueño, La Casa de Dios continuará siendo un lugar de encuentro y creación, manteniendo viva su esencia y su legado.