Aurelio Suárez realizó a principios de los años 30, para el diario gijonés La Prensa,
numerosas tiras cómicas firmadas con el nombre de Aurelio Ibaseta –Ibaseta es el segundo apellido de su padre Abelardo–.
PRENSA. Aunque la prensa local y, ocasionalmente, la de otras ciudades de España dejó constancia de la actividad de Aurelio, es muy escaso el material hemerográfico sobre el pintor y sobre su obra. Ambos desaparecieron por completo de los papeles después de su decisión de retirarse del circuito expositivo, y solo después de su muerte la prensa local empezó de nuevo a hacerse eco con creciente interés del legado aureliano.
La relación de Aurelio con la prensa diaria fue también profesional, o semiprofesional. A principios de la década de los años 30 publicó regularmente en el diario gijonés La Prensa una serie de tiras cómicas, firmadas como Aurelio Ibaseta, en las que mostró su acusada personalidad gráfica y un humor de raíz popular, muy identificablemente asturiano en el tono y en el lenguaje cargado de modismos del bable de sus personajes, cuya comicidad proviene casi siempre de su cazurrería, su ingenuidad o su ignorancia. Esos elementos de sabor costumbrista contrastaban con la estética de corte vanguardista, línea clara, continua y esquemática que Gabino Busto ha comparado con la obra del historietista Cliff Sterret, aunque en realidad, y muy característicamente, Aurelio desplegó en ellos una variedad de registros que parecen obra de autores muy distintos: una modalidad más sinuosa y poética, de trazo dulce e incompleto (Los rayos X, Robo descubierto); un dibujo cerrado, infantil, esquemático (Ingenuidad, Viveza astur); rasgos que acusan la influencia cubista en sus formas angulosas y fragmentadas (El barómetro, La perdigonada) y otros que recuerdan la densidad gráfica de cierta estampa popular (Los gemelos).
JUAN CARLOS GEA MARTÍN
EXPOSICIONES INDIVIDUALES