COLECCIONISMO

El museo de un diletante

Aurelio Suárez fue hombre de múltiples y muy variados intereses, y su obra artística está en consonancia con esa curiosidad entusiasta, dispersa y adhesiva. Y no solo lo está de un modo pasivo, en cuanto que recipiente en el cual, mediante el ejercicio incansable de su imaginación y su actividad plástica, fue acumulando referencias a todo aquello que suscitó su atención; más allá de eso, su trabajo –en particular su pintura– es una summa o producto final de todas sus aficiones también en los conceptos, las actitudes y el método.

En un primer repaso, las ocupaciones y devociones de Aurelio empiezan por el trabajo que desempeñó toda su vida –decorador artesanal de cerámicas– y el que pudo llegar a desempeñar –la Medicina, carrera que inició en Madrid y abandonó a causa de la guerra–, y se prolongan en la estela de intereses adquiridos a lo largo de una formación autodidacta que se inició en su propio ambiente familiar. Como muchas de las casas burguesas en el Gijón de finales del siglo XIX, la de Aurelio Suárez albergaba bastante del espíritu ilustrado y positivista fermentado en las ciudades industriales y portuarias de la época. El rastro de ese legado se percibe en la querencia  por la lectura –y por lecturas muy variadas, desde los clásicos hasta la divulgación– y en su aprecio por todo lo que tuviese que ver con la ciencia –anatomía, botánica, astronomía, óptica, geometría–, que convivieron en su siempre bien aprovechado tiempo con la música, la flauta, las largas caminatas por la ciudad y sus alrededores y muy destacadamente el coleccionismo, que practicó de un modo casi compulsivo. Tanto que, en cierto modo, y como él mismo apuntó en alguna ocasión, todas las disciplinas a las que se acercó fueron en cierto sentido parte de una gran colección de saberes.

De todos esos variados veneros se fue nutriendo el universo aureliano, cuyos temas e iconografía vienen a ser un enorme catálogo de este vasto archivo de datos, una especie de museo personal de todos sus diletantismos transformados en arte. No en vano, él mismo definió su pintura como el producto de la imaginación aplicada a una “gran cultura, tanto literaria como científica”. Pero además, su modo de trabajar, la manera en que sistematizó su disciplina creativa y, en definitiva, el bloque entero de su obra reflejan también el espíritu de cada una de sus aficiones: la actitud de pintor menestral, reiterativo y sensible a lo popular que remite al artesano; la disposición absorta y metódica del científico (él mismo habló de una “pintura de laboratorio”); el gusto por lo ideal, lo formalizado, lo riguroso y construido de la geometría; la edificación de su obra como un gran sistema de partes interdependientes, un universo jerarquizado, afín a los conceptos de la astronomía, de la anatomía (y también de la música); el carácter las más de las veces literario de sus pinturas tanto tomadas individualmente como en sus seriaciones y variaciones (de nuevo vinculadas a una sensibilidad musical); la propia programación de toda su vida y su trabajo como una inmensa (re)colección de trabajos y días perfectamente organizados… Rastros, en resumen, de la unión inquebrantable, orgánica, que vinculó la vida y la obra del pintor gijonés en un todo de insólita fecundidad y coherencia.

 

Juan Carlos Gea Martín

 

 

 

COLECCIONES:

Libros, monedas, sellos, postales, grabados, dibujos de niños, barajas, minerales, huesos, conchas, etcétera.

COLECCIÓN DE CONCHAS

COLECCIÓN DE MONEDAS

Colección de 1914 monedas y billetes de todo el mundo, muchas de ellas anteriores al siglo XIX.

Museo de Bellas Artes de Asturias. Donación Gonzalo J. Suárez Pomeda

COLECCIÓN DE SELLOS

Colección de 3502 sellos de España y 35 extranjeros.

Museo de Bellas Artes de Asturias. Donación Gonzalo J. Suárez Pomeda

COLECCIÓN DE LÁMINAS

Colección de 1370 láminas de temática variada.

Museo de Bellas Artes de Asturias. Donación Gonzalo J. Suárez Pomeda

OBJETOS PERSONALES

Aurelio Suárez fue un coleccionista de casi todo, estos objetos son prueba de ello, otros muchos ya forman parte de la colección del Museo a través de las anteriores donaciones. Estas piezas ya estaban en su estudio de la calle Capua en los años 50, excepto el caballo metálico de Camín.

BIBLIOTECA DE AURELIO SUÁREZ

Algunos de los libros de Aurelio Suárez procedían de su padre (manuscritos algunos con una A), hermano Gonzalo, Gonzalo Suárez Pomeda y otros familiares.

Algunos libros están manuscritos por Aurelio Suárez y la mayor parte llevan su característico pez realizado normalmente con pluma y tinta, bolígrafo o rotulador.

Todos los libros llevan el Ex libris de Gonzalo Suárez Pomeda realizado por Aurelio Suárez y el texto manuscrito a lápiz por Gonzalo Suárez Pomeda «Perteneció a Aurelio Suárez».

Libros manuscritos (En el lomo llevan un pez): 1144.

Libros no manuscritos (En el lomo llevan una A): 475.

Libros dedicados (En el lomo llevan una D y si están manuscritos el pez): 10.

TOTAL DE LIBROS: 1629.

A estos libros hay que añadir los que se relacionan en la donación al Museo de Bellas Artes de Asturias de mayo de 2017, septiembre 2018 y febrero 2022.

POSTALES

La colección está formada más o menos por unas 44 000 a 45 000 postales, 15 de ellas enviadas y manuscritas por Aurelio Suárez, 95 recibidas por Aurelio Suárez con textos del remitente, 625 recibidas por Aurelio Suárez sin texto del remitente y 2500 manuscritas con indicaciones y claves por Aurelio Suárez. La colección hace un recorrido por todos los rincones del planeta, especialmente por el arte en sus múltiples facetas: pintura, escultura, arquitectura, etc.